Capítulo
9: toma de decisiones
Una de las
actividades que repetimos con mayor frecuencia a lo largo de nuestra vida es la
toma de decisiones. Sin embargo nuestras decisiones no siempre son sometidas a
reflexión seriamente. A veces decimos que actuamos por nuestros impulsos y
forma mecánica o automática, y otras veces, esto nos sirve hasta de excusa para
desligarnos de la responsabilidad que la toma de decisiones lleva consigo. Las
organizaciones también viven cotidianamente movidas por decisiones que suceden
sin interrupciones. Se decide producir, vender, publicar, sostener a los
empleados, acercarse a los clientes,
mantener ciertos precios por sus servicios o incrementarlos, mejorar la calidad
de su gestión, etc. Hablar de decidir es hablar de nuestra capacidad para
marcarnos metas y objetivos.
Niveles
de decisión. Los pasos de la toma de
decisiones
Los niveles
de decisión están estrechamente vinculados con los niveles jerárquicos de las
personas. En la actualidad existe la tendencia a dejar la capacidad de elegir
las decisiones de mayor peso en manos de aquellos que enfrentan directamente
los problemas. Las decisiones tienden también a tomarse en grupo, más que
individualmente, pues el grupo puede enriquecer el proceso e imprimir mayor
energía y compromiso.
Sea cual sea
el proceso elegido, los pasos que generalmente se siguen en la toma de
decisiones son los siguientes:
1. Determinar cuál es el sistema sobre
el que se pretende establecer una relación.
2. Determinar quiénes serán idóneos para
tomar las decisiones.
3. Identificar las opciones o
alternativas
4. Identificar los atributos u objetivos
relevantes
5. Establecer un mecanismo de
ponderación de dichas alternativas
6. Elegir entre las alternativas aquella
que mejor nos conduzca a los objetivos propuestos
7. Verificar el impacto de la decisión
tomada para identificar los posibles ajustes que se requieran instrumentar.
La toma
de decisiones lógica y la toma de decisiones emocional
Los
sentimientos suelen bloquear en muchos casos una toma de decisiones adecuada. Sin
embargo los descubrimientos científicos de la década de 1980 contradice de
manera drástica esta idea, el doctor Antonio Damasio llegó a la conclusión de que los sentimientos son indispensables
para las decisiones racionales, ya que nos dirigen hacia la dirección adecuada,
donde la lógica puede ser mejor utilizada. Según los hallazgos en el área de la
psicología, la inteligencia no es capaz, por sí sola, de ayudarnos a lograr el
éxito en nuestros negocios, nuestras actividades, o en nuestras vidas. Más importante
que ella es la manera como logramos armonizar las emociones y la razón.
El éxito en la vida laboral y familiar es para
aquellas personas que son capaces de tomar las decisiones acertadas, a partir
de su habilidad para construir redes de apoyo a su alrededor las cuales gracias
a su aptitud para interrelacionarse y para manejar adecuadamente sus estados
emocionales, les aseguran el apoyo de los demás en la búsqueda de sus
objetivos. Esta es la razón por la cual las personas generalmente tienen mayores
triunfos en sus actividades.
Técnicas
para decidir
1. Entrevistas a expertos que son
considerados como tales por su amplio o profundo conocimiento sobre un tema en
particular
2. Análisis de tendencias; mediante la
elaboración de gráficos simples o de tablas de datos
3. La técnica Delphi (o Delfos), que
consiste en presentar a un grupo de expertos las posibles alternativas ante una
situación determinada.
4. La técnica TKJ; se emplea para
detectar posibles causas de los problemas así como para proponer soluciones
5. El árbol de decisiones que consiste
en diagramar los eventos posibles que se desencadenarían a partir de cada una
de las alternativas que consideramos para solucionar un problema determinado.
Estilos
comunes en la toma de decisiones en las organizaciones
1. Autoritario
2. Administrador participativa
3. Decisiones por mayoría
4. Cabildeo: convencimiento
5. Consenso
6. Concordancia: este proceso conduce a
decisiones de alta calidad con la mayor cantidad de entusiasmo y el menor número
de conflictos para su implementación
El poder
de decidir
Cuando una
persona es capaz de decidir sobre un aspecto determinado de su entorno o de su
vida, su autoestima crece hasta proporcionarle una mayor seguridad acerca de su
competencia. Decidir es una fuente de poder y quizá esto sea lo que más
atemoriza a muchos de los directivos de las organizaciones. Una de las
recomendaciones que debería seguir cualquier directivo que desee una organización
poderosa es permitir que las decisiones sean tomadas en el nivel organizacional
más bajo posible.
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